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sábado, 3 de diciembre de 2016

Un día en Leganés



Nunca había estado en Leganés. Y aprovechando que el Villarreal jugaba en Butarque aprovechamos Fenoll y yo para pasar un día allí de verdadero lujo.

Sobre la una del mediodía llegamos a la ciudad, que más bien parecía un pueblecito coqueto al estilo Callosa. Un tipo que me vio con la camiseta del Villarreal se puso a hablar con nosotros en el tren y nos dijo que era amigo del que hacía los famosos carteles del Lega y que fuéramos al bar de su prima, 'El Comodín', donde las aficiones rivales suelen ir a comer y a emborracharse.



Y eso hicimos. Lo encontramos rápidamente, de camino al campo, y vimos allí el Granada-Sevilla y el Clásico mientras bebíamos tercios de Amstel y tapeábamos sin cesar. Después del plato de chopitos acabamos hinchados, y solo el gol de Ramos en el descuento nos levantó de la silla.

De allí, al estadio mientras hacíamos un directo de Instagram con el palo-selfie de Fenoll. Llegamos tres minutos antes de que empezara el partido, y nos sorprendió lo pequeño que es Butarque. Subimos por una rampa y allí estábamos. Nos recordó incluso a El Palmeral de nuestro pueblo. Nos sentamos muy cerca del césped, y nos tragamos, eso sí, un 0-0 en toda regla. El partido fue tan insulso que tuvimos que hacer un Facebook Live para entretenernos.




Acabó el partido y nos fuimos a casa con la sensación de que tenemos fútbol de Primera División muy cerca y a buen precio. Hay que volver.


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