Octubre es el mes del cumpleaños del Lagarto (Adrián Redondo), compañero de clase y gran colega -aunque uno de los tíos más pesados que conozco-. Sus celebraciones siempre son inolvidables. Regalarle el muñeco de un lagarto -lo cual es tradición inamovible-, cenar en su bajo y salir de fiesta, esta vez a Bacanal (Guardamar). Pillé un pelotazo impresionante, hasta el punto de que me he planteado dejar de beber los vodka, whisky, ron y demás durante mucho tiempo. La cerveza y el vino dan menos problemas.Precisamente, en aquel cumpleaños nos adentramos en el maravilloso mundo de las apuestas futbolísticas. Hace un año ya apostaba por Internet en bet365, pero dejé de hacerlo cuando me regalaron un bonus y me lo arrancaron de las manos sin previo aviso. Jesús -otro amigo y compañero de clase- y su grupo de colegas hacen apuestas en máquinas que ahora están poniendo en todos los bares, y nos convenció para probar. Engancha. Vaya que si engancha. Ya no vamos al Pub La Casa a ver fútbol, a jugar a las cartas o a tomar algo. Lo primero de todo es apostar un eurito en la máquina. O en la ruleta del Salón de Juego. Visto así, parecemos unos ludópatas empedernidos -algunos lo empiezan a parecer-, pero en realidad nos jugamos poquísimo y sirve más que nada de entretenimiento. Un entretenimiento que te pueda dar alrededor de 40€, como los que gané el pasado domingo.
Octubre siempre es, por supuesto, el mes de la Pilarica. Esta vez optamos por subir a la sierra el día antes por la noche y beber cerveza como cosacos. El 12 de octubre lo pasamos comiendo en casa de Javier, tomando algo en el Pub La Casa, viendo el partido de España en Internet -ese que ninguna televisión quiso comprar- y apostando, por supuesto. En particular, este mes ha sido en 2012 el que ha presenciado dos fiestas marcadas en rojo en el calendario: Borregadas y Bienvenida UMH en el Martínez Valero. Lo mejor: una fue jueves y la otra al día siguiente. Las dos fueron mágicas.
Desde hace tres años, Octubre también es el mes donde vuelve la Liga local, esa en la que un grupo de amigos trata de no acabar en la última posición de una liga de fútbol sala donde juegan equipos patrocinados por empresas de aquí o de Cox. Todavía no nos han traído las camisetas, seguimos fieles a perder en la primera jornada y estamos patrocinados por el Bar Paragolpes, que quizás este mes haya sido el más frecuentado por todos nosotros, y no es para menos. Se cena espléndidamente.
Este Octubre fue el mes en el que un miércoles cualquiera se convirtió en un día que nunca olvidaré. En ese mismo día doné sangre por primera vez, monté en un Porsche por primera vez y vi una gran película en el cine -porque nos costaba 2€ gracias a la Fiesta del cine-, por primera vez. La película fue Looper y la recomiendo muchísimo.
También ha sido un Octubre diferente porque me he enganchado a dos programas de TV que jamás pensé que me llegaran a emocionar tanto: Tu Cara Me Suena y La Voz. Cierto es que el primero llevo viéndolo desde hace meses, pero que coincida con otro que consigue hacerme sentir cosas inimaginables es una grata sorpresa. Programas como este demuestran que en la televisión no solo hay "basura".
Octubre ha sido el mes en el que Carlos ha conseguido ser conductor -y con ello una gran experiencia que nunca olvidaré y que pasó el mismo día que la donación de sangre, el Porsche y la película-, el mes en el que ¡Córrete la Banda-Radio! ha vuelto, y más fuertes y naturales que nunca - cada vez me gusta más la radio-, y ha sido el mes en el que me he enganchado al Football Manager para el PC, un juego casi completo que me ha hecho olvidar lo que pagué hace poco por el Counter Strike.Por supuesto, Octubre ha sido un mes de muchas más cosas -entre ellas la Boda de mi tía Victoria, el cumpleaños de Jesús, un mediocre Haloween-, pero no puedo ponerlas todas. Quizás también haya sido el mes que me ilusioné por alguien y al mismo tiempo me desilusioné. Por eso es probable que se haya quedado en nada.
En definitiva, y aunque Febrero siempre fue mi mes favorito, Octubre es fantástico. Y puede que sea el último de nuestras vidas, si los mayas así lo quieren (NO). De lo contrario seguiremos contándolo aquí, donde desahogarse, aunque sea en pequeñas dosis, siempre es gratificante.
