Lo primero que notas es que el clima es radicalmente diferente al de Madrid. Unos 15 grados más hacía aquel día al salir del aeropuerto, que se encuentra a 8 kilómetros del centro. Evitad los taxis: Preguntamos a uno y nos dijo que nos cobraría 20 € más o menos. Cogiendo la línea 1 de autobús, solo cinco. Recomiendo descargar la app 'MobiPalma', que te describe cada línea de bus y te dice cuándo pasan por cada parada. A nosotros nos vino de lujo.
Nos hospedamos en el Hostal Pinar, un poco alejado, pero económico, acogedor y con piscina (y con un Mercadona al lado). Nos permitieron dejar nuestras cosas en una habitación al día siguiente, cuando ya había terminado nuestra reserva. Lo primero que hicimos fue ir a comer algo en un bar cercano (todo estaba preparado para guiris). Después, fuimos al centro a dar una vuelta, desde la Plaza de España a la Plaza Mayor. Acabamos en la Catedral de Mallorca, gigantesca y muy bonita (solo unos días antes se vivió allí el conflicto de las reinas).
Después fuimos a comer a uno de los restaurantes próximos al puerto. Acabamos en 'El Pesquero', un poco caro pero muy servicial y con un arroz exquisito. Además, nos pusieron una gran ración de pescaíto frito por 10 euros. Para bajar la comida, volvimos andando al hotel, para descansar toda la tarde-noche.
Al día siguiente, desayuno y un poco de piscina antes de subir el monte donde se elevaba el castillo de Bellver (a solo 15 min andando de nuestro hotel). Escaleras y más escaleras que merecieron la pena solo por ver las preciosas vistas de Palma y el mar mediterráneo desde lo alto. Antes de comer, teníamos que ver la playa. Fuimos a Cala Major, donde nos mojamos los pies en una agua de azul precioso mientras nos salpicaba la brisa.
Volvimos al centro para comer algo y disfrutar de unas ensaimadas en Can Joan de S'Aigo antes de visitar el Palacio de la Almudaina, donde descubrimos la sala en la que el emir se rindió ante Jaime I en la reconquista de la isla, un 31 de diciembre de 1229. Después cogimos un taxi al hotel, recogimos las cosas y nos subimos a un autobús camino al aeropuerto y de vuelta a casa. Obviamente habrá que volver para visitar los pueblos de alrededor (Deia Andraitx, Pollensa, Manacor), pero eso ya será en otra ocasión.