No señores, no se ha acabado el mundo. Hemos sobrevivido al año 2012. Sin embargo, la profecía de los mayas sigue vigente. El 21 de diciembre acabó una Era y empezó otra, la Era del Conocimiento y la Sabiduría. Esta Era da paso a una purificación absoluta en la humanidad, por el bien de nuestro querido planeta y ser vivo, la Tierra. Podríamos estar hablando de otro Apocalipsis. Las profecías mayas son infalibles, por lo tanto es más que probable que los próximos años sean los últimos de tu existencia. Y en este blog vamos a disfrutarlos al máximo ;)
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jueves, 18 de junio de 2015

¿Y qué pasa ahora?



Ahora que el sueño se ha acabado, y que la selección española ha sido apeada del Mundial de fútbol femenino a las primeras de cambio sin ganar un sólo partido (1-1, 1-0 y 2-1), conviene recordar que el sólo hecho de haber disputado la fase de grupos se podría considerar poco menos que una hazaña.

Reconozco que hace unos años ni siquiera contemplaba la posibilidad de que el fútbol femenino debiera equipararse al masculino. Ya sea por ignorancia, o porque no le daba la importancia suficiente, por mi cabeza no pasaba esa idea. Y eso que fui durante varios años entrenador de un equipo escolar femenino, con el que conseguí ganar dos campeonatos. La conciencia y la responsabilidad me llegó de verdad cuando escuché por primera vez a Verónica Boquete, capitana de la selección española. La entrevistamos en noviembre de 2012, en el programa ¡Córrete la Banda! de Radio UMH, y sus palabras me dejaron boquiabierto.

"Tenemos una guerra constante y diaria con todo. Con la Federación, con todas las instituciones, con la sociedad, con la gente,.. es una carrera de fondo, como decimos nosotras". Aún con falta de apoyo, las chicas consiguieron clasificarse para la Eurocopa por segunda vez en toda su historia, logrando alcanzar los cuartos de final. Después, lo que ya sabemos: clasificación para el Mundial por primera vez en la historia. Todo ello, en un país con raíces machistas, sin liga profesional -las jugadoras no pueden vivir del fútbol- y sin ayudas. ¿Y qué pasa ahora?

Algo está cambiando, por supuesto. El fútbol femenino ya es prioridad en muchísimos países, videojuegos como el FIFA incluyen el Mundial entre sus competiciones, las portadas de los diarios se vuelcan con la causa, las redes sociales se inundan de apoyos a las selecciones y las audiencias son mejores que nunca. Pero aún queda un largo camino. No hay nada hecho.

Sí, es cierto que el fútbol femenino todavía no tiene, ni mucho menos, la mitad del tirón que tiene el masculino. Sobre todo en España, donde es más importante si Cristiano Ronaldo se echa crema en un barco que un golazo de Boquete en la final de la Champions. Ahí es donde tienen responsabilidad los medios. Deben saber vender el producto, concienciar a las masas, denunciar las injusticias.

Una gran responsabilidad tiene también la RFEF, que no ha cumplido su parte. Lo explica bien Rubén Uría en 'Ahora que nos nace la consciencia':


A finales del año pasado, la RFEF anunciaba un paquete de medidas de apoyo a las chicas, pactando una rueda de amistosos internacionales por territorio español. El mínimo era de un partido al mes hasta el comienzo de la cita mundialista, con una gira por EEUU como antesala al viaje a Canadá. En su lugar, la selección debió conformarse con jugar contra un equipo de la Comunidad de Madrid, con disputar apenas cinco amistosos (contra Nueva Zelanda se llegó a jugar dos veces) y con jugar entre ellas el último encuentro de preparación, porque no se pudo cerrar el último amistoso. ¿Saben en qué quedó la supuesta gira por EEUU? En nada, no tuvo lugar. España llega a Canadá sin haberse adaptado, sin haberse enfrentado a rivales de nivel y sin haber completado la gira que la RFEF prometió. Igualito que los chicos, ya ven.

Ahí lo tienen. España fue sin la preparación necesaria al Mundial, y aun así estuvo a un gol de clasificar a octavos. Aun así, compitió con dos de las grandes favoritas a llevarse el título. Y aun así recibieron críticas de muchos que no tienen ni la menor idea de lo que ocurre. A éstos, les diría que vieran el Informe Robinson 'Fútbol y Femenino', y que contemplen con sus propios ojos la gran realidad. No hay otra.



Una liga profesional debe ser el primer paso. Si muchos jugadores del mundo emigran a nuestro país para disputar la reconocida Liga BBVA, en el fútbol femenino pasa todo lo contrario: tienen que salir de España para crecer. Eso hizo Verónica Boquete, actual jugadora del Bayern Munich y recién proclamada campeona de Europa con el Wolfsburgo. Y eso hicieron Natalia Pablos, Celia Jiménez y Vicky Losada. Eso da pie a un bucle: la Liga, ya de por si mermada, sufre el abandono de sus mayores estrellas. ¿Por qué no se invierte en fútbol femenino? ¿Porque no vende? ¿Y no habrá que invertir para poder vender? El Espanyol, por ejemplo, ha realizado duros recortes en su sección y no pueden pagar a las jugadoras ni hacer fichajes. La muestra más clara de que algo no funciona es que el Real Madrid no cuenta con un equipo de fútbol -ni de baloncesto- femenino.

"Que nuestros mejores talentos tengan que emigrar para progresar como futbolistas y poder vivir de esto es un hecho inequívoco de que algo falla. No es malo que pase, pero sí que se vea como algo normal sin buscar un remedio para que no ocurra". Esto decía David Menayo, especialista en fútbol femenino del Diario MARCA, tras la eliminación ante Noruega en la Eurocopa 2013. Dos años después, el discurso obtiene la misma vigencia.

Si nuestras chicas, sin recursos y ayudas, fueron capaces de llegar a cuartos de una Eurocopa y competir en un Mundial con dos de las mejores selecciones del mundo... ¿Qué harían con ayudas? ¿Qué pasará con las jóvenes de categorías inferiores que cada vez acumulan más podios y medallas? ¿Y con aquellas jugadoras que tienen que dejarlo porque tienen que estudiar y trabajar a la vez? ¿Y con las niñas que sueñan en un futuro con ser futbolistas? Hay que hacer algo para seguir soñando en grande. Y hay que hacerlo ya.


lunes, 15 de junio de 2015

¡Qué difícil es adelgazar en Madrid!




Es muy difícil adelgazar en Madrid. Ya de por sí es una tarea complicada en cualquier parte del mundo, pero en la capital española te encuentras el triple de obstáculos que en ningún otro sitio. Por lo menos yo. Y os voy a explicar por qué.

1. Madrid es una ciudad preciosa. Y hay que aprovechar el tiempo en ella. Desde que estoy aquí el aburrimiento ha desaparecido de mi vida. Y eso limita las horas para hacer deporte. Cuando iba al Máster, llegaba a casa casi a las 16 h, comía y no hacía la digestión hasta cuatro horas después. Entonces ya había algún partido que ver o alguna quedada importante. Y en invierno, un frío de cojones. Ahora, hasta que empiece las prácticas, tengo un poquitín más de tiempo, pero quizá no el suficiente.

2. En Callosa había unas facilidades inmensas para correr. Sólo había que bajar las escaleras y salir en dirección a la huerta. Aquí, hay que coger el metro para correr en un parque o hacerlo directamente en la calle, parando en semáforos una y otra vez. Es un poco coñazo.

3. Los que me conocen saben que adoro comer. Es uno de los grandes placeres de esta vida, y en Madrid la variedad es maravillosa. Ya he probado decenas de bares y restaurantes, y he disfrutado como un niño tapeando por el centro. Lamentablemente, quizá como más de lo que debería. Y es muy difícil comer menos si tienes el McDonalds, el TGB, el Burguer King y el Telepizza tan cerca. Si tienes dos compañeros de piso que tienen fritanga en las venas. Si existen sitios como el Tigre para ponerte las botas por dos duros. Y si estás deseando que lleguen cumpleaños, comuniones y bodas para atiborrarte. Así no se puede.

4. El estrés me da hambre. Los nervios me dan hambre. Tener que hacer cosas me da hambre. En realidad, tengo hambre casi las 24 horas del día. Y es difícil saciar el apetito. En Callosa, a veces, conseguía domarlo bebiendo agua como un condenando, pero aquí sólo tenemos del grifo y si no está fría sabe a rayos.

¿Cómo remediar todo eso? La única manera es con fuerza de voluntad. Me voy a proponer perder peso, no porque quiera ir a la playa y enseñar algo que no sea una barriga cervecera, sino porque quiero verme bien, sentirme ágil y llevar una vida bastante más sana de la que llevo.

Por eso, voy a seguir un plan específico -ideado por mí, paso de pagar dietistas- que publicaré en el blog por si alguien lo lee y puede recriminarme que no lo estoy cumpliendo. Estos son los objetivos:

1. Correr 3 días a la semana.
2. Hacer abdominales todos los días.
3. Comer menos y variedad. Capricho: un día a la semana. Chocolate: un día a la semana.

Día 1: 78,1 kg
Día 2
Día 3
Día 4
Día 5
Día 6
Día 7

Semana 2

Día 8
Día 9
Día 10
Día 11
Día 12
Día 13
Día 14

Semana 3

Día 15
Día 16
Día 17
Día 18
Día 19
Día 20
Día 21




* En azul, días que me voy a correr.
* En rojo, capricho