Debo decir que últimamente he salido mucho a comer/cenar y de forma muy variada, pudiendo confirmar algo que ya sospechaba desde hace tiempo.
En concreto, voy a hablar de tres sitios. El primero está en Sol y no me acuerdo del nombre, fue recomendación de Fenoll. Un menú de 13 € (nos lo rebajaron a 11) y con dos buenas tapas de regalo: Pimientos del padrón y croquetas de jamón. De platos pedí pasta a la napolitana y dorada. De postre tarta de chocolate. De beber, una buena copa de cerveza. Y para rematar, un chupito casero. Todo rico.
Al segundo sitio fui el pasado domingo con Esteban y ya desde el principio me daba mala espina. Se llama L.A Sushi y no, no me gusta el pescado crudo, pero a mi amigo le apetecía probarlo y yo no me iba a negar a un plato de tallarines con salsa teriyaki. Los platos eran bastante pequeños para lo caros que eran, y una copa de cerveza japonesa costaba nada menos que cuatro euros. La cuenta nos salió cara.
Por último y no menos importante, un sitio al que he ido ya varios veces gracias a mis queridos compañeros de Eurosport. Se llama Blanco II, pero le llamamos 'Blancos'. Es un bar pequeño, donde se come comida española y pacheca, desde panceta con tomate a patatas bravas pasando por alitas de pollo y magritos con patatas o huevos rotos, además de las tapas que vienen con las frías jarras de cerveza. Reconozco que siempre que voy me quedo seco de pasta, pero salgo más a gusto que en ningún otro.
A lo que iba: Siempre voy a ser más de los bares españoles de toda la vida, con su cantidad por encima de la calidad, que de cualquier otro garito pijo de Madrid o de donde sea. Y eso dudo que cambie algún día.