No, no creo que la Ciudad de las Estrellas sea el mejor film de 2016 (para mí la mejor fue Hasta el último hombre, de Mel Gibson), pero es posible que haya sido la que más ha triunfado, la que más nominaciones acaparó, la que consiguió convertir una simple película romántica en una expresión absoluta de emociones gracias a una banda sonora maravillosa. Todo el mundo no solo daba por hecho que ganara a mejor película, sino que hiciera historia logrando casi todas las estatuillas a las que estaba nominada.
"La he cagado, pero bien". Faye Dunaway habla por primera vez del error en los Oscar. https://t.co/rPAZJLn5k0 pic.twitter.com/q4G7wbWLto— CINEMANIA_ES (@CINEMANIA_ES) 1 de marzo de 2017
Pero no. Al igual que en los Globos de Oro, Moonlight se impuso. Debo reconocer que es una historia inquietante, que expone, en un contexto diferente, un tema del que se habla poco en Hollywood: la homofobia. La homofobia, para colmo, en el entorno escolar. La historia está bien contada y tiene momentos impactantes, pero me parece que en este caso la Academia se ha tirado más hacia el mensaje que a la película en sí. Mahershala Ali fue galardonado con el Oscar a mejor actor de reparto, incomprensible viendo que, en realidad, no hace un papel excesivamente difícil en comparación con Dev Patel en 'Lion' o Jeff Bridges en 'Comanchería'. Si algún intérprete mereció un Oscar por Moonlight, esa fue Naomi Harris. Pero se lo llevó Viola Davis (merecido también).
Vista la rectificación, Moonlight no me parece ni mucho menos la mejor película de 2016. Últimamente me defrauda la Academia, la verdad.— David Orenes (@david_lrl) 27 de febrero de 2017
No es la primera vez que no estoy de acuerdo con la Academia. Desde que sigo la Gala de los Oscars, solo he estado conforme con el premio a la mejor película en dos ocasiones: The Artist (2012) y 12 años de esclavitud (2014). Me defraudó en 2011 con el Discurso del Rey (debió ganar Origen), en 2013 con Argo (debió ganar La Vida de Pi o Django Desencadenado), en 2015 con Birdman (debió ganar Boyhood) y en 2016 con Spotlight (debió ganar El Renacido). No sé si es que yo tengo falta de criterio (que puede ser) o que en Hollywood van totalmente a su rollo. El caso es que ya empiezo a indignarme con cada injusticia. Veremos en 2018.