No señores, no se ha acabado el mundo. Hemos sobrevivido al año 2012. Sin embargo, la profecía de los mayas sigue vigente. El 21 de diciembre acabó una Era y empezó otra, la Era del Conocimiento y la Sabiduría. Esta Era da paso a una purificación absoluta en la humanidad, por el bien de nuestro querido planeta y ser vivo, la Tierra. Podríamos estar hablando de otro Apocalipsis. Las profecías mayas son infalibles, por lo tanto es más que probable que los próximos años sean los últimos de tu existencia. Y en este blog vamos a disfrutarlos al máximo ;)
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lunes, 30 de junio de 2014

Holidays


No soy de hacerme fotos de estas, pero había que ilustrar esta entrada de alguna manera. ¿Recuerdan que dije que iba a empezar duro este lunes con todo lo que tengo pendiente este verano? Mentí. Me he ido a la playa y ha relajarme comiendo y bebiendo cervezas con los colegas.Las vacaciones han empezado como Dios manda. Ahora sí, toca ponerse las pilas.

I usually don't take this type of photo, but I haven't anymore to this post. Do you remember that I said who start this monday with all homework's summer? I lied. I had went to beach and I had relaxed eating and drinking beer with my friends. The holidays have started very good. Now, It' s time to work.

PD: No sé si estará bien escrito, pero hay que practicar inglés como sea para el examen del 24 y el viaje a Inglaterra.

sábado, 28 de junio de 2014

Lo de todos los veranos


El dilema de todos los veranos. Ayer acabé mi último examen y en lo único en lo que pienso es que vacaciones, lo que se dice vacaciones, no voy a tener. Porque me meto en todos los fregados, porque trato de hacer una y mil cosas, y cuando me doy cuenta, ya ha acabado el verano otra vez.

Voy a tratar de organizarme un poco poniendo aquí las fechas y las cosas que quiero/tengo que hacer.

- Del 28 al 13 de julio: MUNDIAL. Desde los octavos hasta la final, hay que ver todos los partidos, hacer todas las crónicas y terminar el especial resumen con Aitor.

- 4 de julio: Graduación. Se acaba una era. Será un día inolvidable, con cena y fiesta incluida. El día 5, que seguramente será un horrible día de resaca, debería ir dentro del pack.

- 7 de julio: Seguramente ese día tendré que ir a la Universidad a entregar el TFG con las correcciones de mis tutores. Y todavía no he empezado. El lunes 30 habrá que ponerse a ello.

- 19-20 de julio: Torneo 24 horas Fútbol Sala 'Córrete la Banda'. Una muerte segura, si nos atenemos a la experiencia del año pasado.

- 24 de julio: Examen del B1 de inglés, en Elche. A partir del lunes 30 de junio tendré que ponerme también a tope para llegar con opciones de aprobar. Lunes, martes y jueves a las 9:30, academia.

- 25 o 26 de julio al 3 de agosto: Viaje a Inglaterra.

- Del 11 al 16 de agosto: Fiestas de Callosa, con todo lo que ello significa.

Y entre todo eso, habrá que estudiar Derecho -examen en septiembre-, preparar las cosas para ir a Madrid, leer libros, seguir viendo series y pelis, y no perder la vista a la confección de los equipos para la próxima temporada, además de querer leer un libro sobre Historia del Fútbol y los reglamentos de la FIFA y la RFEF. Bueno, y en septiembre, queremos hacer un viaje -Camino de Santiago, Interrail, lo que se pueda- y quizá vayamos también a la Feria de Albacete.

Pero ya os digo, esto es lo de todos los veranos. A intentar administrar lo que se nos viene encima.

jueves, 19 de junio de 2014

El fracaso que siempre soñé



Somos imbéciles. ¿Qué esperábamos? ¿Ganar un Mundial cada cuatro años? Como si los vendieran en el puesto de la esquina por dos duros. Como si alzar la Copa del Mundo fuera igual de fácil que comprar el pan. Absolutamente NO. Los que hemos vivido la época dorada del fútbol español nos hemos creído todas esas milongas de que somos los mejores y tenemos que ganarlo todo. Que somos invencibles. Y una mierda. Hemos sido siempre un equipo más del montón, una selección que hasta 2010 no había llegado a una final de Copa del Mundo en sus casi cien años de historia.

Supongo que ya nadie se acuerda. Hemos ganado tanto y de una forma tan inimaginable que era difícil pensar que nos podían echar en primera fase. Una cosa es confiar en tu equipo, porque han demostrado ser la mejor generación de futbolistas de nuestro país. Y otra cosa, muy distinta, es pedirles, EXIGIRLES, otro Mundial.

Algunos dirán: “No, yo de lo que me quejo es del ridículo, no puedes caer eliminado de esa forma”. Oh, sí. Se puede caer eliminado de esa forma y mil veces peor. En 1950 tres triunfos nos colgaron la etiqueta de favoritos, hasta que Brasil nos destrozó con un 6-1. No volvimos a jugar un Mundial hasta tres ediciones después, donde perdimos dos de los tres partidos de la primera fase.  Lo mismo pasó en 1966. En México 70, hicimos el ridículo a base de anti fútbol. Y no volvimos hasta 1978, cuando  otra vez caímos en primera fase con el no-gol de Cardeñosa. En nuestro Mundial, el de España 1982, la selección no pasó de la segunda fase, ganando un único partido de cinco posibles.

No conseguimos alcanzar unos cuartos de final hasta 36 años después de la última vez. Entonces, tras golear a Dinamarca, éramos los grandes favoritos. Y nos estrellamos frente a Bélgica. En 1990 no pasamos de octavos por el hueco que dejó Michel en la barrera. Luego fuimos eliminados por Italia –Tassotti- en Estados Unidos y por Corea –Al Ghandour- en cuartos de final, haciendo el ridículo en Francia 98 entre medias. 

En 2006 nos dimos el penúltimo batacazo: veníamos de ganar los tres primeros partidos, creíamos que nos comíamos el mundo, dijimos que íbamos a jubilar a Zinedine Zidane… Y él nos jubiló a nosotros.

Entre todas esas vergüenzas y desgracias, de ridículos e infortunios, apareció un oasis en 2010. España había ganado la Eurocopa con el fútbol más preciosista que se había visto en mucho tiempo. Y supimos ratificarlo en Sudáfrica. Nunca habíamos jugado unas semifinales. Mucho menos una final de Copa del Mundo. Pero la jugamos y la ganamos. Practicamos el mejor fútbol del hemisferio. Y cuando creíamos que la alegría no podía durar más, conquistamos otra Eurocopa con un 4-0 a Italia en la final. Lo nunca visto.

Los que vimos a Iniesta meter aquel gol en Johannesburgo pensamos que ya nada podía hacernos más felices. La gente que había sufrido tantos varapalos, tantas derrotas e injusticias, aquel día pudieron contar, antes de morir, que España había ganado un Mundial y ellos lo habían visto. Desgraciadamente, muchos exigieron ganarlo todo a partir de entonces.  Pero eso es imposible.

Sólo ocho países han sido campeones del Mundo. Uno es España, y lo consiguió después de ochenta años de fracasos estrepitosos. El fracaso de ayer, cuando caímos eliminados contra Chile, lo viví con nostalgia, con el recuerdo de que en un tiempo, no hace mucho, fuimos los reyes del planeta. Pero fue el fracaso que siempre soñé. Puede que encajáramos siete goles en dos partidos, que solo hayamos podido marcar de penalti, que hayamos jugado tan mal que ni siquiera pareciéramos nosotros. Pero recuerdo la victoria de hace cuatro años contra la misma selección (Chile) y doy gracias de que la derrota de ayer no fuera entonces. 

Esa victoria, con goles de Villa e Iniesta, nos llevó a ganar la Copa del Mundo. De haber perdido, el de hoy sería el enésimo fracaso, el de la impotencia, el de no poder conseguir la estrella a pesar de haberla tocado con los dedos. Pero no, la estrella es nuestra. Y nadie, absolutamente nadie, nos la puede quitar. Por eso, este fracaso es el que siempre soñé. Porque antes perdíamos por impotencia, por mala suerte, por el árbitro o porque éramos la última mierda de este planeta. Pero el fracaso de ayer fue el de después de haberlo ganado todo. Y doy gracias a Dios de haber vivido para contarlo.


viernes, 13 de junio de 2014

Modo-Mundial


Estoy en modo-mundial. Ayer arrancó el campeonato del mundo en Brasil y mi objetivo es ver los 64 partidos, y hacer un seguimiento en el blog de todos y cada uno de ellos. Hay una hoja en el frigorífico con los horarios de todos los encuentros de fase de grupos. En mi habitación, un póster con los emparejamientos hasta la final. En mi ordenador, varías guías descargadas, entre ellas, una en la que he participado analizando a Camerún y Honduras (Ver o descargar aquí) En el móvil, la aplicación de MI con subscripción Premium para disfrutar de los audios mundialistas. En la tele, Gol Mundial y Road to Brasil a cada segundo. Puesta, la camiseta de la selección española. Avatares de Facebook y Twitter cambiados. Todo preparado para disfrutar de un mes y pico inolvidable.

Un mes que no pude disfrutar hace cuatro años. El día del partido inaugural tuve, nada menos, la Graduación del Instituto. Me perdí el Sudáfrica-México y el Francia-Uruguay. Dos días después, viaje de fin de curso en un Crucero espectacular. Pude ver algún partido en mi camarote. Me perdí la primera parte del España-Suiza por ver la Torre de Pisa. Después corrí hacia un bar para ver la segunda. Cuando volvimos, vi los que pude, pero por unas razones o por otras me perdí grandes partidos, incluida gran parte de la semifinal entre Países Bajos y Uruguay. Este año, algo muy gordo tiene que pasar para que pierda alguno.

Así que nada. Quien quiera saber algo de mí, estaré viendo partidos, o resúmenes, o haciendo crónicas, o escuchando podcast, o leyendo artículos, o vete tú a saber.

PD: Esta enfermedad está muy bien explicada en este artículo de Juan Tallón: 'Jefe, ¿me deja ver el Mundial?


martes, 3 de junio de 2014

Simplemente, disfrutar

Uno de mis retos para 2014 era ver la serie 'Lost'. Reconozco que me cuesta mucho empezar una serie, por esa 'pereza' que conlleva familiarizarse con los personajes y la trama en los primeros capítulos. Por eso, pese a que me la recomendaron durante mucho tiempo, nunca me había decidido por empezarla. Sin embargo, tanta insistencia de los Samuel, Sara, Jorge y compañía ha tenido sus frutos. Y no puedo estar más agradecido.


Porque, como serie dramática, es la mejor que he visto nunca. Siempre he sido un seriéfilo de comedias (CCAVM, Big Bang, HDP, Dos hombres y medio), pero 'Juego de Tronos' y 'Lost' me han abierto los ojos. Sin duda, ésta última reúne todo lo que puede tener una buena serie: unos personajes con una personalidad intacta, una intriga que se inyecta en las venas desde el primer capítulo, y, al final, moraleja que destruye todos los esquemas posibles. Sí, 'Lost' te ayuda a ser mejor persona. Es una serie hermosa y brillante que nos demuestra cómo el ser humano puede acabar con todas sus ataduras, huir de los miedos y enfrentarse a los problemas a la cara. Parece como si a veces no quisiéramos ser felices. Así son los protagonistas de la serie, cada uno diferente, pero con el mismo dilema: están solos. Juntos, avanzarán en busca de una armonía que, después de lo sufrido, sabe a gloria.

La serie es un 10. Pero el final (y cuidado, porque próximamente hay SPOILERS como una casa) es un 6 o un 7. Sí, es difícil acabar a gusto de todos una serie tan compleja, con tantas idas y venidas, con tantas preguntas sin resolver. Me recuerdo en la cama mirando al techo tras cada capítulo, pregúntame qué diablos era el humo negro, por qué había un oso polar en la isla, qué cojones hacía la iniciativa Dharma o por qué el padre de Jack se paseaba por la isla como Pedro por su casa, cuando en realidad estaba muerto. La mayoría de esas preguntas se fueron respondiendo poco a poco, hasta llegar a un final que, como he dicho, me destrozó los esquemas. Tuve que leer tres explicaciones por internet -las cuales me dejaron satisfecho- y aún así llegué a pensar que podía haber acabado mejor. ¿Por qué no? Es verdad que si no aparecieran todos muertos en la iglesia donde iban a enterrar al padre de Jack -momento que me recordó mucho al final de Titanic- la metáfora de dejar atrás las cargas y "avanzar y liberarse" no podría dar resultado. 

Pero es triste. Muy triste. Sólo espero que los que se fueran en el avión se estrellaran o murieran lo antes posible, y Harley & Ben, que se quedaron en la isla, lo mismo. De lo contrario... Cuanta agonía para ver otra vez juntos a Juliette y Sawyer, a los coreanos, a Charlie y Cler, a Jack y Kate.. ¡Imagina lo que tuvo que esperar Boone, que se muere en la primera temporada! Eso sí, cada encuentro, cada escena en la que recuerdan lo vivido, y se vuelven a encontrar, son, sin duda, lo mejor de la serie.

He visto los premios que han ganado y han sido nominados entre 2005 y 2010. Creo que voy a tener que ver Nip Tuck, Anatomía de Grey o Mad Men para cerciorarme de que, algunos años, fueron mejores que 'Lost', porque ahora mismo me es imposible imaginarlo. Muy merecido el Grammy a Terry O'Quinn (John Locke) en 2007. Sin duda, me parece el mejor actor de toda la serie.

Acabo con la frase de una crítica de Robert Lloyd, de los Angeles Times: "Puedes dejar que 'Lost' te haga enfadar, o puedes tratar de resolver el significado, o simplemente disfrutar de lo que venga de una manera evasiva, sin que eso te impida ser estimulado, sorprendido o mantenido en suspense". Así disfrute yo 'Lost'. Desde hoy, entre los altares de mis series favoritas.