No señores, no se ha acabado el mundo. Hemos sobrevivido al año 2012. Sin embargo, la profecía de los mayas sigue vigente. El 21 de diciembre acabó una Era y empezó otra, la Era del Conocimiento y la Sabiduría. Esta Era da paso a una purificación absoluta en la humanidad, por el bien de nuestro querido planeta y ser vivo, la Tierra. Podríamos estar hablando de otro Apocalipsis. Las profecías mayas son infalibles, por lo tanto es más que probable que los próximos años sean los últimos de tu existencia. Y en este blog vamos a disfrutarlos al máximo ;)
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viernes, 17 de julio de 2015

30 pasos a seguir para subir la potencia de la luz en Iberdrola


1. Darte cuenta de que se va la luz con sólo poner la lavadora, el lavavajillas o cargar el móvil.
2. Decírselo al casero, que por suerte, es electricista.
3. Tirarse una hora trasteando, sin éxito. Llegó a decir: "Qué vergüenza no saber qué pasa".
4. Que el casero llame por la tarde y te diga que es porque han cambiado la instalación y ahora tenemos la tarifa más baja. Hay que llamar a Iberdrola para pedir un aumento de vatios o aguantar con la actual. Decidimos aguantar.
5. Dos semanas después, la cosa empeora. Se va hasta por encender la luz del baño. Hablamos con el casero y llamamos a Iberdrola.
6. Nos dicen que tenemos que decir el número del contrato y el dni del titular. Colgamos.
7. Preguntar al casero. Me lo pone por Whatssap. Vuelvo a llamar.
8. Me dicen que el boletín que tenemos no soporta más de 1,5 vatios. Que tiene que venir un electricista a cambiarlo.
9. Decírselo al casero. El casero nos dice que el boletín está en perfectas condiciones. Que llama él.
10.Nos llama el casero. Dice que ya está arreglado. Que el lunes -estamos a jueves- nos la suben.
11. Lunes por la tarde. Llama el casero. Dice que le ha llamado Iberdrola. Que hay que cambiar el titular del contrato porque él ya es titular de otro y no puede subir la potencia de éste (?). Que llame.
12. Llamar a Iberdrola. Me dicen, otra vez, que diga el dni y el número de contrato. También la dirección y el nombre del contrato actual.
13. Me cambian de agente. Me dicen, otra vez, que diga el dni y el número de contrato, la dirección, el nombre del contrato actual, mi nombre y apellidos y hasta en qué horarios suelo defecar.
14. Me dicen que le diga el número de cuenta. Es el de mi madre. No lo sé de memoria.
15. Acordar con la agente que llame en 5 minutos. Llamar a mi madre. Me dice que está en la calle, que no sabe su número de cuenta.
16. Me dice su contraseña digital y entro a la web del Banco Santander. Apuntar la cuenta. Esperar llamada.
17. Me llaman. Les digo el número de cuenta. Me repiten todos los datos. Me dicen que sólo queda un paso para cambiar el titular. Me dice que le da ERROR.
18. No entiende qué da error. Cree que es porque hay una solicitud anterior de subida de vatios. Que primero hay que subir la potencia y luego cambiar el titular. ¿PERO NO ERA AL REVÉS?
19. Me cambian de agente. Me preguntan el dni, el número de contrato, la dirección, el nombre del contrato actual, mi nombre y apellidos, en qué horarios defeco y si pienso suicidarme hoy o mañana.
20. Hablar con voz quebrada, apunto de llorar. Explicar que primero me dijeron que cambiara el titular como condición para cambiar la potencia, y ahora que cambiara la potencia para cambiar el titular.
21. Me dice que la primera vez que rechazaron la subida de vatios fue porque no teníamos un boletín que soportara más vatios. Que teníamos que mandar un correo con los datos.
22. Decir que la rechazaron la primera vez, pero que luego llamó el casero y lo arregló. Me dice que no tienen constancia de correo y que en ese caso tendría que mandarlo otra vez.
23. Colgar. Contemplar la posibilidad de tirarse por el balcón.
24. Llamar al casero. Le digo que nos han dicho que hay que cambiar primero la potencia antes que el titular del contrato, y que no tienen datos del boletín, que hay que mandar un correo electrónico. Me dice que no puede ser. Que va a llamar.
25. Me llama el casero y me dice que ya está arreglado. Que mañana hay que confirmarlo y que tardará unos días. Después, de todas formas, habrá que cambiar el titular.
26. Pasan tres días. Me habla el casero y me dice que entre las 9 y 10 de la mañana del día siguiente va a venir un tipo de Iberdrola a subir la potencia.
27. Las 11 del día siguiente. No viene nadie. Se lo digo al casero y llama. A la media hora, aparece el tipo de Iberdrola y sube la potencia.
28. Hacer la prueba de enchufar el lavavajillas y el aire acondicionado al mismo tiempo. Va de lujo.
29. La prueba definitiva. Pertusa enciende la luz del baño. Y se fue la luz, OTRA VEZ.
30. Hay que subir la potencia otra vez y, por lo tanto, seguir los 29 pasos anteriores. O tirarse desde el noveno, que es justo lo que voy a hacer.


sábado, 4 de julio de 2015

Mi compañero




Mi compañero de piso se levantaba siempre muy tarde. Tenía el horario cambiado, y como los búhos, dormía por las mañanas y vivía por las noches. Cómo yo con la Copa América, vamos. Siempre aparecía en gayumbos, con la cara hecha un asco y los ojos a punto de reventar. Cogía su móvil, respondía los 20.000 whatssaps pendientes -y dejaba 20.000 más para más tarde-, cogía el ordenador y se ponía a leer artículos sin parar. Quizá fueran las 15 h, pero él no tenía hambre, nunca. Hasta que le ponía un plato de macarrones a la carbonara en la mesa. Entonces engullía como si de un pato se tratara.

Luego se tiraba en el sofá y se quedaba viendo Zapeando mientras trataba de responder los 20.000 whatssaps de antes. A veces, se iba al aseo, y tenía miedo de que nunca jamás volviera. Si nos teníamos que ir a un sitio, la palabra 'ducha' se convertía en 'interminable'.  Por la noche, como digo, había que vivir. Salir de fiesta, gastarse un dineral en pubs y taxis. O sino, todo lo contrario: apagar todas las luces y ver capítulos de Juego de Tronos como salvajes.

A mi compañero le encantaba la televisión. O los documentales. O ver películas a destajo.  o vídeos de goles. Y leer artículos científicos o de curiosidades. Le molaba fumar cachimba, beber tinto de verano, comer hamburguesas -la Monster- cuando estoy a dieta y, entre él y José, acabar con todas las existencias de leche en el piso. No era un tipo sucio, pero nunca supo poner el lavavajillas, y creo que tampoco la lavadora. Se planchó una camisa en hora y media, eso sí.

De mi compañero de piso conocía muchas cosas. Llevamos juntos ocho años, joder. Para mí es como un hermano. He vivido con él  ocho meses y no he aprendido nada importante de él. Sólo los pequeños detalles. Lo bueno, lo mejor, ya lo conocía. La única diferencia entre hace ocho meses y ahora es que entonces era el tío más afortunado del mundo por vivir con Sergio Berenguer, y ahora, cada día que pasa desde que se fue, siento un vacío imposible de llenar.

La mayor putada de todas en el día de hoy, el día de su cumpleaños, es no poder felicitarle en persona. No poder celebrarlo con él. No poder escribir esto en la pizarra de la pared en lugar de en este blog -aunque se ha librado de leer mi letra infernal-. Sólo espero que pase un día genial, como él sólo sabe, porque se merece todo lo bueno de este mundo. Porque aunque ya no sea mi compañero de piso, siempre será compañero de vida. Siempre.