No señores, no se ha acabado el mundo. Hemos sobrevivido al año 2012. Sin embargo, la profecía de los mayas sigue vigente. El 21 de diciembre acabó una Era y empezó otra, la Era del Conocimiento y la Sabiduría. Esta Era da paso a una purificación absoluta en la humanidad, por el bien de nuestro querido planeta y ser vivo, la Tierra. Podríamos estar hablando de otro Apocalipsis. Las profecías mayas son infalibles, por lo tanto es más que probable que los próximos años sean los últimos de tu existencia. Y en este blog vamos a disfrutarlos al máximo ;)
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sábado, 20 de enero de 2018

Mi viaje a Amsterdam



No es la primera vez que viajo a Amsterdam. Ya fui con unos amigos hace dos años en nuestro particular interrail, y la verdad es que me encantó. Por entonces fuimos dos días, en verano, con una temperatura ideal y disfrutamos de lo lindo. En esta ocasión también me lo he pasado guay, pero las circunstancias climatológicas no ayudaron.

Antes de ir a Amsterdam estuve unos días en La Haya, a media hora del aeropuerto Schipol. Alquilé un apartamento con Airbnb al lado de la estación (muy recomendable) y... apenas pude salir de él. El frío, el viento, la lluvia... Terrible.

En Amsterdam el tiempo era igual o peor, pero había que disfrutar de la capital holandesa. En esta ocasión decidí alquilar una habitación en un barco anclado en el muelle. No me pude resistir. Tenía que probarlo.

Comimos en un restaurante peruano (delicioso) junto a los canales. Por la ciudad nos movimos en Uber (entre 5 y 8 euros) más por comodidad que por otra cosa, aunque es cierto que lo recomendable es empaparse bien de la información del transporte público de allí, que dicen que es bueno. Después estuvimos en una pastelería donde había absolutamente de todo. Nosotros nos decantamos por una napolitana de chocolate y un gofre con nutella, además del chocolate caliente que nos abrasó las lenguas.



Por la tarde, hicimos un crucero por los canales aprovechando 'Water Colors', un espectáculo de luces que se suele hacer en estas fechas. Con GetYourGuide nos salió bastante barato.

Al día siguiente, un buen desayuno en el Liberté (el barco) para después patear un poco la ciudad (a pesar del frío y la lluvia). Acabamos en el Primark (me compré hasta un pijama) y después en un restaurante que me había recomendado Pablo, el Cannibale Royale. Lo peor llegó por la tarde, cuando tuvimos que volver a La Haya. Tratamos de coger un tren en Amsterdam Central, pero fue imposible. Estaban todos cancelados por una de las mayores tormentas que han sacudido al país. Después de seis horas intentándolo, acabamos alquilando un hotel en el centro de la ciudad, el Damrak Inn, que no recomiendo por sus horribles escaleras.

En definitiva... Me encanta Amsterdam, pero si vuelvo será en verano.



viernes, 12 de enero de 2018

Receta Random: Zarangollo



Delicioso, típico de mi tierra y muy fácil de hacer.

Ingredientes

- 2 calabacines
- Media cebolla troceada
- 3 huevos

Pasos

1. Pelamos los calabaciones en rodajas
2. Freimos las rodajas con la cebolla troceada
3. Cuando este todo bien frito, se añaden los tres huevos batidos
4. Se mezcla todo bien.


martes, 9 de enero de 2018

Crítica: Molly's Game



Película frenética, y no, no es de acción. Es una historia real (me encanta) contada de manera espectacular por Aaron Sorkin, guionista de grandes películas como Moneyball, la Red Social o Jobs, que se estrena en la dirección con una maravilla que, sin embargo, solo cuenta con una nominación para los Oscar. Solo una.

Molly's Game está nominada a mejor guión, por supuesto. Quizá debió ser nominada también a mejor película y director, pero lo demencial es que no lo esté Jessica Chastain, que en poco más de un año representa dos papeles de dos mujeres con marcada personalidad, y que le valieron nominaciones al Globo de Oro (para mí, las mejores actuaciones de su carrera): Elizabeth Sloane en 'El Caso Sloan' y Molly Bloom en este film donde se come la pantalla.

La película es ella desde el principio. Es Jessica hablando en primera persona, contando la promesa del esquí que era, cómo se lesionó, como se marchó a vivir lejos de su familia, cómo afrontaba los problemas familiares, cómo se metió de llena en las partidas de póker millonarias. Cómo se hizo con el control, cómo se hizo rica y cómo se enfrentó a un juicio que podía condenarla a la cárcel por meterse de lleno en las apuestas ilegales relacionadas con la mafia rusa.

Imposible desviar la mirada de la pantalla. No se la pierdan.

Nota en Filmaffinity: 8


martes, 2 de enero de 2018

Nochevieja en Sevilla


 


No ha sido una de mis mejores nocheviejas, y es que tuve la mala suerte de pillar una de las peores gripes de mi vida poco antes de emprender el viaje. Aun así, lo pasé con algunos de mis mejores amigos en una ciudad que me encanta: Sevilla.

Salimos temprano en el coche de Samuel. Tardamos poco más de cinco horas en llegar al apartamento de airbnb que teníamos alquilado, en un barrio algo alejado del centro. Tras dejar las cosas, fuimos a comer a una freiduría, donde comimos pescaíto frito, croquetas, chipirones, tortas de camarón... Luego llegaron Sergio y Pablo y seguimos comiendo en un bar de al lado. Lo malo es que a mi me sabía todo al 10% por la maldita congestión.




Ya por la tarde-noche nos fuimos a dar una vuelta por el centro. Encontramos a dos callosinos (como no) y subimos al mirador de la plaza de las setas a contemplar la ciudad desde arriba. Después nos tomamos unas cervezas en la Sureña y a que Sergio se comprara un traje. Yo aproveché y me compré una camisa y dos camisetas. Luego vimos a mi compañero de piso, José Enrique, en un sitio con cientos de tipos de cervezas, y acabamos cenando no muy lejos de allí. Volvimos a casa en taxi.

Al día siguiente volvimos al centro, pero esta vez orientados al Barrio de Triana, para ver el río y el ambiente previo al año nuevo. Comimos por allí y luego dimos una vuelta hasta llegar a la Giralda y el Alcázar. Después de eso volvimos a casa y preparamos todo para cenar antes de salir de fiesta.

Al día siguiente, pedimos kebabs a domicilio mientras veíamos pelis en Netflix. Ya bien entrada la tarde, nos dimos un garbeo hasta llegar a la Plaza de España, donde nos hicimos una única foto porque estaban cerrando. Ya al día siguiente volvimos con unas bicis y nos echamos muchas más fotos. Sinceramente, es la mejor plaza en la que he estado. ¡iIncluso encontramos Callosa! Luego visitamos el Benito Villamarín y comimos en un bar de los alrededores. Después de eso tuvimos que devolver las bicis y Javi y Pablo me llevaron al aeropuerto de Sevilla para regresar a Madrid.