Hoy me he adentrado en el maravilloso mundo de Harry Potter. Tengo la enorme suerte de vivir en Madrid y de estar a un tiro de piedra del IFEMA, donde expusieron muchos de los objetos que utilizaron para las películas del niño con la cicatriz con forma de rayo en un decorado sin igual.
Entras y lo primero que ves es el coche volador de Arthur Wesley. Luego te adentras en el 'castillo' de Hogwarts y te ponen el sombrero seleccionador (solo a unos pocos elegidos). Después pasas a las habitaciones de las salas comunes, donde encuentras las camas donde dormían Harry, Ron, Hermione.. Así como sus túnicas y muchos otros objetos.
Ves a las mandrágoras (y puedes arrancarlas) que chillan como locas, puedes meter quaffles en los aros como si fueras un cazador de quidditch, puedes sentarte en el sillón de la cabaña de Hagrid, adentrarte en la oscuridad de los dementores y ver la señal tenebrosa en el cielo, o entrar en el Gran Comedor y saludar a Dobby o Fawkes (el fénix).
Maravillas como el cáliz de fuego, la piedra filosofal, la varita de Saúco, los horrocruxes... Todo está en esa fantástica exposición. ¡Incluso el hipogrifo! En serio, si eres amante de Harry Potter (como yo lo he sido siempre) no te la puedes perder.