A veces, la realidad supera la ficción. Antes de que empezara la película, se avisó de que la historia estaba basada en hechos reales. Al final, y antes de los créditos, aparecieron las imágenes reales. Y las ves y aun así es difícil pensar que puede pasar una cosa así.
Es evidente que no voy a spoilear a nadie por aquí, por lo que poco puedo decir de esta especie de lucha de emociones de un pequeño niño indio que pasa su infancia en la miseria, que crece al otro lado del mundo, y que hará todo lo posible por buscar sus orígenes.
Nominada a seis Oscar (mejor guion adaptado, mejor fotografía y mejor banda sonora, las más acertadas), se trata de la ópera prima de Garth Davis, sin duda un debut soñado. Con Dev Patel de nuevo en una gran película (tras Slumdog Millionaire) y Nicole Kidman impecable (y Rooney Mara tan bien como de costumbre), el reparto ayuda a que la historia transmita emociones increíbles al espectador. Al menos nos pasó a nosotros.
Nota en Filmaffinity: Un 8
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