No señores, no se ha acabado el mundo. Hemos sobrevivido al año 2012. Sin embargo, la profecía de los mayas sigue vigente. El 21 de diciembre acabó una Era y empezó otra, la Era del Conocimiento y la Sabiduría. Esta Era da paso a una purificación absoluta en la humanidad, por el bien de nuestro querido planeta y ser vivo, la Tierra. Podríamos estar hablando de otro Apocalipsis. Las profecías mayas son infalibles, por lo tanto es más que probable que los próximos años sean los últimos de tu existencia. Y en este blog vamos a disfrutarlos al máximo ;)
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lunes, 15 de junio de 2015

¡Qué difícil es adelgazar en Madrid!




Es muy difícil adelgazar en Madrid. Ya de por sí es una tarea complicada en cualquier parte del mundo, pero en la capital española te encuentras el triple de obstáculos que en ningún otro sitio. Por lo menos yo. Y os voy a explicar por qué.

1. Madrid es una ciudad preciosa. Y hay que aprovechar el tiempo en ella. Desde que estoy aquí el aburrimiento ha desaparecido de mi vida. Y eso limita las horas para hacer deporte. Cuando iba al Máster, llegaba a casa casi a las 16 h, comía y no hacía la digestión hasta cuatro horas después. Entonces ya había algún partido que ver o alguna quedada importante. Y en invierno, un frío de cojones. Ahora, hasta que empiece las prácticas, tengo un poquitín más de tiempo, pero quizá no el suficiente.

2. En Callosa había unas facilidades inmensas para correr. Sólo había que bajar las escaleras y salir en dirección a la huerta. Aquí, hay que coger el metro para correr en un parque o hacerlo directamente en la calle, parando en semáforos una y otra vez. Es un poco coñazo.

3. Los que me conocen saben que adoro comer. Es uno de los grandes placeres de esta vida, y en Madrid la variedad es maravillosa. Ya he probado decenas de bares y restaurantes, y he disfrutado como un niño tapeando por el centro. Lamentablemente, quizá como más de lo que debería. Y es muy difícil comer menos si tienes el McDonalds, el TGB, el Burguer King y el Telepizza tan cerca. Si tienes dos compañeros de piso que tienen fritanga en las venas. Si existen sitios como el Tigre para ponerte las botas por dos duros. Y si estás deseando que lleguen cumpleaños, comuniones y bodas para atiborrarte. Así no se puede.

4. El estrés me da hambre. Los nervios me dan hambre. Tener que hacer cosas me da hambre. En realidad, tengo hambre casi las 24 horas del día. Y es difícil saciar el apetito. En Callosa, a veces, conseguía domarlo bebiendo agua como un condenando, pero aquí sólo tenemos del grifo y si no está fría sabe a rayos.

¿Cómo remediar todo eso? La única manera es con fuerza de voluntad. Me voy a proponer perder peso, no porque quiera ir a la playa y enseñar algo que no sea una barriga cervecera, sino porque quiero verme bien, sentirme ágil y llevar una vida bastante más sana de la que llevo.

Por eso, voy a seguir un plan específico -ideado por mí, paso de pagar dietistas- que publicaré en el blog por si alguien lo lee y puede recriminarme que no lo estoy cumpliendo. Estos son los objetivos:

1. Correr 3 días a la semana.
2. Hacer abdominales todos los días.
3. Comer menos y variedad. Capricho: un día a la semana. Chocolate: un día a la semana.

Día 1: 78,1 kg
Día 2
Día 3
Día 4
Día 5
Día 6
Día 7

Semana 2

Día 8
Día 9
Día 10
Día 11
Día 12
Día 13
Día 14

Semana 3

Día 15
Día 16
Día 17
Día 18
Día 19
Día 20
Día 21




* En azul, días que me voy a correr.
* En rojo, capricho


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