Bueno, hoy he cumplido 14 días desde la operación. En las dos últimas semanas he salido a la calle dos veces. He tenido que estar en reposo mucho tiempo, tirado en el sofá casi sin poder moverme. Me dolía hasta para alargar la mano para coger el mando. La televisión casi encendida las veinticuatro horas. El pelo, sin cortar desde julio, creciendo a pasos agigantados. La barba cubriendo las mejillas hasta parecer la de un vagabundo. Las piernas se me agarrotaron de no usarlas. No negaré que mi aspecto llegó a ser uraño y demacrado. Mi abuela se asustó el sábado cuando me vio. Mis amigos me repitieron una y otra vez que me quitara lo que parecía ser un tejón en la cabeza. Llegaron a preguntarme si iba a protagonizar la próxima película de Lobezno. Mi madre, única defensora de mi melena, acabó hoy mismo rindiéndose a la evidencia. Y esta mañana, en Carmelo Hombres, por fin me han exorcizado. Ojo: este mediodía, mis primos no me han reconocido. Decían que me parecía al primo David.
PD: Siempre he querido hacer esto del antes y del después. MOLA.
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