Recuerdo mis días de reyes como si fuera ayer. Me levantaba con unas ganas y una emoción de la cama... era el día más feliz del año, incluso más que el día de mi cumpleaños. Iba al salón y me encontraba una pila enorme de regalos bajo el árbol. Da igual que fueran paraguas, mochilas o ropa. Cualquier cosa que me regalaran, era muy bien recibida. Que alegrías me llevaba cuando cada año tenía algo diferente de playmobil. Que si la granja, que si el barco pirata, que si el yate, que si el fuerte fortificado... o cuando me trajeron la Game Boy color. Aquel regalo es hasta hoy, el mejor que me han hecho nunca. Mi satisfacción no encontraba límites. De pequeño eras feliz con nada. Cómo han cambiado las cosas.
Y es que ahora, el día de Reyes es una resaca del quince después de la llamada "Fiesta del Roscón". Te levantas, comes lo que puedes, estas con los primos, abuelos y demás y te apalancas en el sofá con el ordenador o la televisión. Eso sí, la merienda de roscón con chocolate no me la quita nadie ;)
¡Feliz día de Reyes a todos! ^^
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