La cara del éxito

Alegría, humor, talento y espectáculo. Si hay un programa de entretenimiento que ha conseguido en los últimos tiempos conjugar todos esos rasgos, no es otro que "Tu cara me suena". Parece que Antena 3 por fin ha dado con un "talent show" capaz de alcanzar la excelencia, sobre todo para alcanzar auténticos récords en las audiencias: hasta en ocho de las diez galas fue líder en prime time y late night, alcanzando el 25,9 % de share en la final de la edición.

Y es que el programa, en definitiva, lo tiene todo: un presentador carismático (Manel Fuentes), un jurado de prestigio, dinámico y enloquecedor (el excéntrico Ángel Llácer, la cantante Mónica Naranjo, la actriz Carolina Cerezuela y el gran Carlos Latre) encargado de votar las actuaciones de unos concursantes totalmente diferentes entre ellos, que aportaron un cúmulo de personalidades muy vistoso: desde el humor improvisado de Santiago Segura hasta el descaro risueño de Angy Fernández, pasando por el encanto de Carolina Ferre o las sensacionales interpretaciones de Julio Iglesias Jr, los ocho protagonistas demostraron al público su sentido del humor (y del ridículo) imitando a los más prestigiosos cantantes de las últimas décadas. Actuaciones como la de Josema Yuste haciendo de Ana Torroja ya forman parte de la historia de la televisión:



Cada gala fue más exitosa que la anterior. Sobre todo, porque cada gala fue diferente. Y a pesar de que el programa estaba "amañado" en cierto modo para que ganara prácticamente un concursante cada semana y así donar sus 3000 € de premio a una organización solidaria distinta, la emoción duró hasta el final en cada uno de los "shows".

Caras que suenan en toda España, imitando caras conocidas en todo el mundo. La caracterización de cada uno de los personajes, llevada a cabo por los maquilladores del programa, es sencillamente espectacular. La "transformación" que sufren los famosos antes de salir al plató es uno de los momentos más interesantes de la noche, y la mayoría queda impresionada ante el gran parecido de los concursantes con las "estrellas del cante" que van a imitar. Sin duda, es uno de los atractivos del programa. Aunque no hay que menospreciar la puesta en escena, el decorado y las sensacionales coreografías de los bailarines de Fama, entre otros. Pero sobre todo, en este programa reina el buen rollo. Sin apenas censura, con constantes risas entre el jurado y los concursantes, discusiones que siempre acaban bien y escenas tan extravagantes como rocambolescas, es un gustazo contar con un oasis de diversión y talento entre tanta telebasura. Por fin un programa de prime time a la altura de las circunstancias.