No señores, no se ha acabado el mundo. Hemos sobrevivido al año 2012. Sin embargo, la profecía de los mayas sigue vigente. El 21 de diciembre acabó una Era y empezó otra, la Era del Conocimiento y la Sabiduría. Esta Era da paso a una purificación absoluta en la humanidad, por el bien de nuestro querido planeta y ser vivo, la Tierra. Podríamos estar hablando de otro Apocalipsis. Las profecías mayas son infalibles, por lo tanto es más que probable que los próximos años sean los últimos de tu existencia. Y en este blog vamos a disfrutarlos al máximo ;)
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lunes, 8 de abril de 2013

Los tiempos de Messenger

Hoy se acaba una de las herramientas más importantes de la historia de Internet y una forma de socialización distinta a la que habíamos vivido antes de su creación. Sí, antes de utilizar el móvil para hablar con tus amigos, antes de escribir tweets de 140 caracteres, incluso mucho antes de usar Facebook o la juvenil Tuenti; todos estabamos metidos en el chat del servicio de mensajería "Hotmail", el conocido como "Messenger".

Con "Messenger" empezó todo eso que entendemos ahora por "comunicación digital". Poder hablar con una persona que está en la otra parte del mundo fue una revolución en 1999. Es verdad que gracias a ello se perdió un poco el encanto del cara a cara, de los gestos, de la voz... pero fue un paso de gigante hasta llegar al sistema comunicativo que tenemos hoy día.

En mi caso, "Messenger" fue una herramienta importantísima en mi día a día. Y creo que para todo el mundo, porque cada vez que me conectaba - y tenía que irme a un ciber o a la oficina de mis tíos para hacerlo- había un conglomerado de más de 300 personas en línea con las que podías charlar, incluso de manera simultánea. Gracias a "Messenger" pude conocer a personas tan importantes en mi vida, como Gloria, Sara, Yaiza, Ángela... por aquellos tiempos yo era muy vergonzoso, y me costaba socializarme con la gente, sobre todo con las del género opuesto, en persona. "Messenger" me ayudó en ese sentido y en muchos otros, como a preguntas dudas de clase sin necesidad de llamar por teléfono, contactar con amigos de fuera de forma sencilla, jugar con amigos para matar el aburrimiento... Era como un chat de los que merodeaban por la red, pero mucho más organizado y llena de gente conocida.

Sin embargo, los avances tecnológicos hicieron posible mejores herramientas de comunicación, como son las redes sociales. Apareció "Facebook" -que a estas alturas ya tiene más de 1000 millones de usuarios registrados- como una página donde tener un perfil privado, con tus fotos, aficiones, gustos... y un chat incorporado, como el de Messenger. La transición fue rápida, sobre todo en mi ciudad, aunque en este caso prefirieron "Tuenti", una red social española y para jóvenes, a veces demasiado jóvenes. Quizás por ese motivo mucha gente lleva emigrando a "Twitter" desde hace unos años y, lamentablemente, "Twitter" también se está convirtiendo en un hervidero de niños que critican todo lo que se mueve y niñas que suben fotos medio en pelotas.

Pero la principal razón del abandono multitudinario de "Tuenti" fue otra herramienta -en este caso aplicación-  muy simple pero a la vez la más útil de cuantas han habido: "Whatsapp". Un chat de lo más corriente, incrustado en el móvil. Se acabaron las llamadas, los sms, el tener que encender el ordenador. "Whatsapp" ha transformado la forma de mantenernos en línea. Ahora, siempre estamos en línea.

No somos conscientes - o sí-, pero este chat que llamamos "Whatsapp" está controlando nuestras vidas. Más de lo que lo hacía Tuenti. Incluso mucho más que Facebook o el Fotolog.  "Messenger" fue la primera piedra de esta gran construcción que nos mantiene en lo alto de la digitalización social. Y hoy se acaba para siempre. Daría lo que fuera por tener el historial de conversaciones de aquellos tiempos, son muchísimos recuerdos los que tengo de aquella época y rememorarlos sería mágico, especial.

Hoy he vuelto a conectarme al "Messenger" para sentir esa nostalgia. Para volver a escribir con el mismo color de letra -el rojo-, volver a escuchar el sonido de cuando alguien inicia sesión, volver a mandar un "zumbido"... incluso he hablado con las dos personas con las que probablemente más hablaba allí y me han venido a la cabeza tantas cosas... sin duda ha sido una experiencia de lo más agradable. Aquellos tiempos siempre serán mejores que los presentes o los futuros. Muchísimo mejores.




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