No señores, no se ha acabado el mundo. Hemos sobrevivido al año 2012. Sin embargo, la profecía de los mayas sigue vigente. El 21 de diciembre acabó una Era y empezó otra, la Era del Conocimiento y la Sabiduría. Esta Era da paso a una purificación absoluta en la humanidad, por el bien de nuestro querido planeta y ser vivo, la Tierra. Podríamos estar hablando de otro Apocalipsis. Las profecías mayas son infalibles, por lo tanto es más que probable que los próximos años sean los últimos de tu existencia. Y en este blog vamos a disfrutarlos al máximo ;)
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jueves, 8 de agosto de 2013

Arenal Sound

He esperado unos días para no escribir en caliente sobre mi experiencia en el festival de Burriana "Arenal Sound". Después de volver a la vida real y disfrutar de todo lo que no se podía hacer en un camping nauseabundo, creo que ya estoy capacitado para escribir al respecto.

Este año tocaba el "Arenal Sound", un festival de solo cuatro años de vida que ya el año pasado consiguió un éxito rotundo, situándose entre los mejores del panorama español. Este verano la afluencia ha sido masiva: 280.000 personas llenaron los campings y conciertos del recinto en la localidad castellonense de Burriana, entre ellos estos mequetrefes que veis en la foto.


Nunca antes había estado en un camping, y tengo que decir que la experiencia ha sido dura. Sobre todo por las temperaturas extremas, las noches plagadas de conciertos y las dificultades para descansar con normalidad. El itinerario de un día habitual en el Arenal Sound consistía en levantarse a las 10 h de la mañana medio asfixiado, buscando aire fuera de la tienda de campaña; sentarse en una silla sin respaldo entre restos de basura acumulada -la mayoría provocada por las doscientas neveras que se trajeron Adrián y compañía-; pegarse una ducha fría (perdón, helada) (perdón, eran duchas nazis); cargar el móvil por dos euros, ir a la playa a morir en la arena quemados -mientras Fenoll jugaba a las dichosas palas-, comer hamburguesas o macarrones grasientos o trozos de pizza dureza nivel: roca caliza o restos de las doscientas neveras de Adrián, que incluían tomates gigantes, latas de caballa, un ULTRA HIPER MEGA táper de pasta, botellas de aceite, melones, bolsas de carne, tortilla de patatas... una barbaridad, vaya. ¡Y lo mejor es que se gastó todo!

Pero sigamos con el itinerario: la tarde se hacía larguísima. La única atracción por aquellas horas era la minúscula piscina del "Beach Club", en la cual cientos de hombres borrachos intentaban violar una y otra vez a las chicas que osaban meterse en el "círculo de la muerte". Nosotros nos quedamos en nuestro preciado camping, bebiendo y sufriendo el calor, mientras algunos intentaban dormir. Ya por la noche, conciertos. Debo reconocer que no fui a muchos, pero a la mayoría de los que fui merecieron la pena: Pool 3.14, La Pegatina, Funambulista, Efecto Pasillo, Steve Aoki, Zombie Kids... y Sidecars, un grupo que me empezó a gustar hace poco y que después de verlos tocar me puedo declarar muy muy fan.

Con el paso de los días, la matada era cada vez mayor. Lo sufrimos el primer día, larguísimo. Ya la primera impresión nada más llegar al ver la inmensa cola que nos esperaba -y eso que estuvimos allí desde las cinco de la mañana- fue de un agobio y desesperación terribles. El trayecto hasta entrar al recinto fue mortal. Algunos estuvimos sin dormir más de 24 horas. Eso nos lastró. Pero lo peor fue el calor asfixiante y los gritos de la gente a primeras horas de la mañana. Y es que desde todos lados se escuchaban alaridos que reivindicaban palabras tan diversas como: ¡BUKAKE!, ¡AAAHHH, UN GATO MONTÉS! o ¡GUERRA DE MAGDALENAS! Había una gran hija de su madre que se dedicaba a cantar con el timbre más atronador jamás visto, y que recibió las felicitaciones de todos los acampados presentes a su alrededor: "¡SEGURO QUE ESTÁS GORDA, GORDA!, "¡MÉTETE UNA POLLA EN LA BOCA, PUTA!" y un largo etcétera.

Es por eso que volvimos a casa con ganas de dormir, comer caliente, sentarnos en una silla con respaldo, beber agua sin tener que echarle cubitos y defecar en un aseo en condiciones,sin tener que pagar un euro para atascar el váter de una carpa aislada. No hay duda de que la vida lejos del Arenal Sound es más reconfortable, tranquila, acogedora... pero obviamente, este festival ha sido una experiencia muy enriquecedora. Será difícil que vuelva a un evento de este tipo hasta dentro de mucho, pero me quedo con todas las risas que pasamos el grupo de nuestro camping, los bailoteos en el chiringuito, las comilonas de comida basura, los espectaculares conciertos, las duchas del Polo Norte, los remojones en la playa y la sensación de estar entre 280.000 personas y sentirte, a pesar de todo, totalmente liberado, por una vez en todo este verano cargado de responsabilidades. 

¡Larga vida al Arenal Sound!



1 comentario:

  1. Impresionante como para habertelo pasado tan bien acabas de describir un verdadero campo de exterminio nazi, que al fin y al cabo casi lo fue.

    Viva el ArenalSound!!

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