No señores, no se ha acabado el mundo. Hemos sobrevivido al año 2012. Sin embargo, la profecía de los mayas sigue vigente. El 21 de diciembre acabó una Era y empezó otra, la Era del Conocimiento y la Sabiduría. Esta Era da paso a una purificación absoluta en la humanidad, por el bien de nuestro querido planeta y ser vivo, la Tierra. Podríamos estar hablando de otro Apocalipsis. Las profecías mayas son infalibles, por lo tanto es más que probable que los próximos años sean los últimos de tu existencia. Y en este blog vamos a disfrutarlos al máximo ;)
____________________________________________________________________________________

jueves, 25 de diciembre de 2014

Adorar la Navidad



Dicen que la Navidad es un producto comercial. Una campaña de El Corte Inglés que empieza en noviembre y acaba en la cuesta de enero. Una excusa para comprar compulsivamente y consumir como si no hubiera un mañana. De derrochar dinero mientras otros mueren de frío bajo los puentes, de relamer los dedos tras pelar decenas de gambas, de reventar las básculas a base de mantecados y polvorones.

Sí, mucha gente odia la Navidad por haberse convertido en un negocio, probablemente uno de los más rentables del mundo. La odian porque piensan que en tiempos de crisis sobra tanto desfase. Se puede prescindir de la lujuria y el desenfreno, dicen. La detestan porque recuerdan tiempos mejores, navidades cargadas de regalos y fiestas sorpresa. La aborrecen porque no pueden soportar ver al prójimo más feliz que una perdiz. O todos mal, o la puta al río.

Sí, la Navidad son luces, escaparates, flashes, cabalgatas, cotillón, Ferrero Rocher y patas de cabrito. Es alcohol, películas Disney, resacas, feria y villancicos. Pero estaríamos muy ciegos si creyésemos que eso es todo. Que la Navidad, a pesar de ser la fiesta más tradicional y estereotipada, se pudiera generalizar así como así. Es imposible.

Cuando era pequeño, disfrutaba de la Navidad con la pasión más increíble del mundo. Montábamos un árbol enorme, un belén espectacular, comíamos turrón cada día, veíamos películas cada noche, y era feliz acurrucado entre mantas. Luego, tiritaba al ver al Cartero Real pasando frente a mí. No dormía la noche de Reyes. Una vez casi me meo encima por no salir de la cama y encontrarme, qué se yo, a Baltasar comiéndose las pastas que le dejábamos en el balcón.

El tiempo arrasa con todo, y ya nada es lo que era. Sin embargo, sigo adorando la Navidad. No por los regalos, el aguinaldo, el turrón, el cordero, la fiesta de Nochevieja o las compras en oferta. Son detalles que adornan un contenido mucho más preciado. Este ha sido mi primer año lejos de mis seres queridos, de mi familia y amigos, de todo lo que deseo tener cerca. Y encontrarme de nuevo con ellos, estar juntos otra vez, es gracias y solo gracias, a la Navidad. Por ella brindo, y porque se cumplan todos vuestros sueños.


No hay comentarios:

Publicar un comentario