No señores, no se ha acabado el mundo. Hemos sobrevivido al año 2012. Sin embargo, la profecía de los mayas sigue vigente. El 21 de diciembre acabó una Era y empezó otra, la Era del Conocimiento y la Sabiduría. Esta Era da paso a una purificación absoluta en la humanidad, por el bien de nuestro querido planeta y ser vivo, la Tierra. Podríamos estar hablando de otro Apocalipsis. Las profecías mayas son infalibles, por lo tanto es más que probable que los próximos años sean los últimos de tu existencia. Y en este blog vamos a disfrutarlos al máximo ;)
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miércoles, 17 de diciembre de 2014

El misterio del paquete




Sábado 13 de diciembre, hora intempestiva: Descubrimos una página web llamada 'La Tostadora' en la que venden todas las camisetas que te puedas imaginar. Por fin encuentro una de Sum 41 y otra de CCAVM. Las pido de inmediato. Con un pago adicional de cuatro euros para que llegue de urgencia, por supuesto. Me dicen que estará aquí el martes.

Lunes, 15 de diciembre, 21:37 h. Me informan vía sms que el pedido va a llegar exactamente entre las 12:17 y las 14:37. Joder, que escrupulosos. Recuerdo que yo en esas horas estaré en clase, así que aviso a José de que esté atento al timbre y recoja el paquete.

Martes, 16 de diciembre, 11:23 h. No me fio un pelo y vuelvo a avisar a José por Whatssap de que esté atento al timbre. Le digo también que si se va antes de que llegue, despierte a Sergio, para que también esté atento.

Martes, 16 de diciembre, 15:17 h. Llego a casa y pregunto a Sergio por el paquete. No ha llegado. Le interrogo ante la posibilidad de haber estado durmiendo, duchándose o haciendo sus necesidades, mayores excusas para no oír el timbre. Me dice que no, que ha estado atento. Y José, se supone que también.

Martes, 16 de diciembre, 17:05 h. Llamo a Orange porque no funciona Internet y me gustaría ver el estado del pedido en un enlace que me pasó 'La Tostadora' por correo electrónico. Tras dar tres DNIs diferentes, el operador me dice que nos han cortado la línea porque no hemos pagado el mes de noviembre ni, evidentemente, el mes de diciembre. Me ponen música y al rato, una chica me pide los datos de una tarjeta para abonar la factura. Después, me informan de que se restablecerá la línea en 24 horas como máximo. Joder, tardan diez segundos en efectuar el cobro pero un día entero en volver a poner Internet. Fuck.

Martes, 16 de diciembre, 17:18 h. El caso es que yo no recordaba ninguna carta de Orange con factura. Busco entre los cajones del papeleo y nada. Bajo al buzón y nada, solo panfletos de publicidad. Me fijo en que la portería está encendida, pero el portero no está. No le he visto en todo el día.

Martes, 16 de diciembre, 17:32 h. Con los datos del móvil, consigo meterme al enlace del correo electrónico para ver el estado de mi pedido. Pone 'ENTREGADO'. No puede ser. ¿Entregado a quién? Si José no lo ha recibido ni Sergio tampoco, solo puede ser el portero. Al rellenar los campos para el pedido, puse en observaciones que si no había gente en casa, que entregaran el paquete al portero. La hora de entrega (13:17 h) coincide con el tramo que especificaban en el sms. Sospechoso.

Martes, 16 de diciembre, 18:35 h. Espero un poco y bajo a la portería, seguro que lo ha recibido él, pienso. La luz sigue encendida, pero el portero sigue sin aparecer. Espero unos cinco minutos. Subo. Antes de entrar a casa, me quedo escuchando el rellano de la escalera por si le oigo recoger bolsas de basura -como siempre sobre esa hora-. No se oye ni una puñetera mosca.

Martes, 16 de diciembre, 19:00 h. Vuelvo a bajar. Sigue sin estar. Espero más tiempo, pero nada. Veo a un señor barriendo el suelo, le pregunto y me dice: “Estará recogiendo las basuras”. Negativo. Subo y busco de nuevo el estado del pedido en el móvil. Veo el icono de un .jpg. Pincho y me encuentro el recibo firmado por un tal J.C Martín. ¿Pero qué coño?

Martes, 16 de diciembre, 19:43 h. Vuelvo a bajar, porque creo que el portero se va sobre las 20 h a casa. La portería sigue encendida, pero el portero sigue sin aparecer. Ahora me siento en las escaleras junto a la portería a esperar. No me iré sin respuestas, pienso. Descubro que tenemos más vecinos de los que pensaba -incluso jóvenes-. Al rato, un señor baja la basura al contenedor y me pregunta: “¿Es que hoy no ha venido el portero?”. Pues eso parece, amigo. Aunque, al rato, escucho un ruido de contenedores. Otro hombre mayor va arrastrándolos hacia la puerta. Le pregunto por el portero. Me dice que no ha podido venir esta tarde, que tenía médico. Le pregunto si se llama Juan Carlos, o José Carlos -por las siglas J.C de la firma del recibo-. Me dice que sí (¡¡UN MISTERIO DESCUBIERTO!!). Le digo que a él le han entregado el paquete, y se presta a buscarlo en su portería y en un pequeño almacén. Vemos un paquete, y me emociono, pero es para una tal Teresa no se qué. No lo encuentra. Me hundo.

Martes, 16 de diciembre, 20:38 h. Divago sobre varias cuestiones. ¿Por qué le han entregado el paquete al portero si José y Sergio estaban en casa? ¿Por qué el portero no ha dejado el paquete en la portería o en el almacén? ¿Para qué cojones pago 4 euros de más si no lo recibo “urgentemente”? Y más importante... ¿Dónde coño está el paquete?

Miércoles, 17 de diciembre, 9:25 h. Sin que sirva de precedente, me he despertado antes para bajar y pillar in fraganti al portero. Pero no. Por enésima vez, la portería sigue con la luz encendida, pero el portero, NO ESTÁ. Como novedad, hay un cubo de fregar del que sale humo (?) No me he acercado mucho por si era ácido clorhídrico.

Miércoles, 17 de diciembre, 12:12 h. En clase, le hablo por whatsapp a José para ver si está despierto y que baje a ver si está el portero. Negativo. El cabrón todavía está sobando. A Sergio ni le pregunto.

Miércoles, 17 de diciembre, 13:02 h. José da señales de vida. Le digo que baje a ver si el portero tiene el paquete. Catorce minutos después, me confirma que YA TIENE EL PAQUETE (suenan campanas y voces celestiales).

Miércoles, 17 de diciembre, 15:20 h. Llego a casa. En realidad no es un paquete, más bien es una bolsa cerrada por ambos lados. La abro. Dentro de una de las camisetas encuentro una piruleta y un caramelo. Me pruebo las dos. Perfectas. Sensacionales. Le pregunto a José donde tenía el portero el paquete. Me dice que en el almacén junto al ascensor. No puede ser. Allí miré con el hombre que limpiaba la tarde anterior. ¿Acaso se lo llevó a casa y lo puso ahí esta misma mañana? ¿Con qué objetivo? ¿Pondría él la piruleta y el caramelo entre las camisetas para drogarnos/envenenarnos? Aquí algo huele muy mal. Pero jamás se me ha resistido un dulce, así que me arriesgaré.


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