Hablar en francés está chupado.
Solo hay que poner la boca en forma de tubo, decir cualquier cosa con un toque
refinado y acabar casi todas las palabras en –té (pasté de chocolaté, multé de trafiqué al canté). Fuera coñas, Javi y yo tuvimos suerte de contar con Samuel para
pedir la comida, discutir con un revisor de tranvía o preguntar por una calle
concreta. Aunque había veces que, para descojonarse, me decía la frase y me hacía
a mí preguntar o pedir. Dicen que tengo un ‘francés amurcianado’, que, mira por
donde, parece que engatusa a las francesitas.
Hice el ridículo preguntando por
la casa en la que vivía San Roque en una pastelería, o si podían cambiarme billetes
por monedas en un restaurante con clase. Incluso un chico de una tienda de
souvenirs confundió mi petición de una postal de San Roque con un dibujo
animado.
Pero en definitiva, he podido
comprobar que a las francesas les pone que intentemos hablar su idioma. Sucedió
en el tranvía, el mejor sitio para ligar de todo Montpellier. Conecta las
partes de toda la ciudad, es rápido, barato, accesible, hay uno cada cinco
minutos y lo más importante: está plagado de mujeres que, si las miras fijamente
a los ojos, te devuelven la sonrisa.
Una de esas mujeres, rubia y con
unos ojos preciosos, no dejaba de soltar leves risitas apoyada en la pared del
tranvía, mientras veía como no decía una sola palabra bien en francés. En
cuanto tuvo ocasión, se sentó a nuestro lado. Pese a que no llegó a decir una
palabra, la joven no dejaba de sonreír ante mi torpeza. Una mujer mayor que estaba
a mi lado sí que se reía muy a gusto. Fue entonces cuando, en una de las
miradas que me dedicaba, le dije, sin más: ‘Mon amour’. Ella se rió, y me vine
arriba: le dije cómo me llamaba, y le pregunté cómo se llamaba ella. “¿Mano?”
entendí. Me dijo que sí, aunque creo que en realidad se llamaba ‘Manon’. Le
dije que encantado y poco después tuvimos que bajar en Mosson. Recuerdo haberme
despedido con un ‘Au Revoir’ y que, estando ya fuera, todavía seguía mirándome
a través de la ventana.
Ver capítulo 1- Gabacholandia
Ver capítulo 2 - La Gran 'M'
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